La mayor parte de las imágenes que producimos son fotografías altamente descriptivas, donde el poder de impacto del fotógrafo reside en la capacidad de encuadrar, componer, usar la luz, editar correctamente, etc. Estas imágenes requieren un gran despliegue de las habilidades técnicas del autor para lograr imágenes interesantes y bien construidas.
Como ya introdujimos, existen otro tipo de imágenes en las que además de esas competencias, el fotógrafo deberá poner de sí mismo imaginación y creatividad a la hora de lograrlas. Son las imágenes conceptuales, cuyo impacto está dado por el mensaje que pasa al espectador. Lograr este tipo de imágenes es altamente complejo ya que requiere, además del manejo técnico, tener ideas propias interesantes y capacidad de realizarlas.

En la imagen conceptual ya no basta con poder ver un paisaje interesante o un objeto que llame la atención y que este sea presentado en la fotografía de una forma estética y atractiva visualmente. La imagen conceptual requiere pensamiento, idea, que el fotógrafo proponga algo que no existe, que no está dado en el mundo de los objetos y que debe ser creado para poder fotografiarlo después. Es un proceso de construcción y, lógicamente, no es fotografía de tipo espontánea ni casual.
Este tipo de fotografías se usan principalmente en publicidad, editoriales, campañas, etc., por su gran capacidad de generar sentidos y significados y por el poder que tienen de plantear temas más allá de lo obvio que usualmente vemos.
Los recursos más utilizados en la fotografía conceptual son el uso de la narratividad, la abstracción formal, la imagen poética, las metáforas visuales y todo tipo de recursos de la sintaxis visual. (Recordemos que sintaxis visual son las reglas de ordenamiento de los elementos de un lenguaje, en este caso visual, para lograr sentido)
Para poder trabajar con las imágenes debemos conocer las características de la fotografía como imagen fija: sus niveles de iconicidad y abstracción.
Recordemos que los niveles fundamentales de iconicidad de las imágenes según Dondis son:
Representativo o realista, donde la imagen se parece mucho al objeto real.
Simbólico, donde se reduce al mínimo la similitud con el objeto real.
Abstracto, donde no existe similitud entre el objeto real y su representación
Joseph Kosuth (1965) One and Three Chairs (Una y tres sillas)
Esta imagen de la obra de Kosuth resulta muy interesante para ilustrar esos niveles de iconicidad a que nos referimos. El autor se aproxima a una misma reflexión sobre el objeto, en este caso silla, desde tres perspectivas bien diversas: mediante el objeto (la silla), su representación (la fotografía de la misma silla), y dos elementos lingüísticos que son conceptuales (la palabra que designa al objeto y su definición o imagen mental). Kosuth llama de ese modo la atención sobre un código múltiple de aproximación a la realidad: un código objetual, un código visual y un código verbal (referente, representación y lenguaje). Y así pasa con todos los elementos del mundo donde vivimos: lo conocemos desde abordajes múltiples.
El problema subyace en que solemos utilizar o priorizar algunas formas de representación de las cosas por sobre las demás. En el caso del lenguaje visual, la representación icónica es la más común. Pero evidentemente es la menos rica y la más obvia y común ya que es compartida por casi todos los que, al menos, pertenecemos a una misma cultura.

Realizar una fotografía conceptual es jugar con el sentido y proponer nuevos significados, construir nuevos mundos y objetos. Es una actividad creativa pero fuertemente anclada en el pensar, en la reflexión, es una actividad intelectual.
Pensar no es solo resolver problemas, es crear, es narrar, es abstraer y combinar conceptos para crear otros nuevos. Para estas cuestiones que hacen a la fotografía de calidad, la lectura y la escritura son fundamentales, ya que una persona que no lee y no escribe, que no maneja la riqueza del mundo simbólico que el hombre produce, es muy poco probable que pueda crear tampoco nuevos mundos con sus imágenes.