Toda fotografía es la toma de distintas decisiones: el qué fotografiar, como, donde, cuando, donde poner la cámara, que sale y que no sale en la foto, desde que punto de vista lo vamos a mostrar…Esas decisiones, además, implican los propios fundamentos del trabajo que son la obra del autor y sus puntos de vista, van a implicar sus ideas y su visión personal.
Encuadre y composición
Encuadrar, el “colocar algo en el cuadro” es una elección de los elementos que quedan dentro y fuera de una fotografía. Obviamente que es una decisión arbitraria y solamente fundamentada en los criterios del autor. Sin embargo, al compartir formas culturales de ver y de organizar visualmente los elementos, podemos hablar de “reglas de encuadre y composición”, que no son más que prejuicios, códigos compartidos culturalmente. Es necesario seguir siempre esas reglas? No, no es necesario. De hecho, muchas de las grandes fotografías que apreciamos desafían esas reglas, o sea, escapan a esas formas hegemónicas de ver y construyen un lenguaje novedoso y propio.
Pero eso no quiere decir que no debamos comprender esas reglas. Para poder salirse de un paradigma visual es necesario conocerlo antes. El entender como vemos, que nos resulta armonioso y organizado, es poder entender como nos es legible una imagen. Por eso es importante aprender a componer y a encuadrar. Y básicamente, habría que pensar qué trabajo fotográfico no puedo realizar dentro de las reglas de encuadre y composición?
Componer es definir la disposición de los objetos/sujetos en el cuadro, o sea en una fotografía. Esto implica: traducir el espacio, la espacialidad tridimensional y los elementos de ese espacio, a un plano bidimensional y relacionar los elementos entre si con determinado orden y jerarquías.

Como vemos, en el acto de producir una fotografía hay ordenamientos y códigos visuales que van a ser la expresión formal de nuestra imagen (y de nuestro mensaje) y que es preciso conocer. También podemos ver que las elecciones que realizamos al encuadrar y componer van a impactar fuertemente en lo entendible que será una imagen, así como en la fuerza que tenga a la hora de comunicar algo o de despertar emociones en el que la mira.