Esta cuestión no es una cuestión nada sencilla, ya que en Uruguay la profesión de fotógrafo no se encuentra reglamentada y cualquier persona que así lo desee puede trabajar de esto. A eso podemos sumarle algunas cuestiones, como por ejemplo, que la fotografía es practicada muchas veces de forma amateur por autodidactas con trabajos formidables; que no siempre quienes estudian ejercen la profesión, que no todos los que reciben dinero por sus trabajos tienen formación o saben lo que hacen, que no todos los que estudian tienen buen nivel, etc.

Por lo tanto, esa pregunta durante nuestro curso tendrá una respuesta que es más de índole filosófica y ética, que un criterio meramente laboral.
Para nosotros un fotógrafo profesional es aquel que mediante la disciplina fotográfica establece una trayectoria de trabajo, brinda servicios con eficiencia y calidad técnica, se rige por una ética y se relaciona bajo determinadas reglas de juego con el público, con los clientes y los colegas. Como profesional, debe poder comprender todo el proceso de producción de imágenes, dominar el lenguaje visual y ser capaz de producir trabajos originales con competencia y fundamento. Esto es independiente de si vive de esto o no y, como podemos intuir, esto requiere esfuerzo, trabajo, estudio, experimentación y desarrollo de varias capacidades en diversos campos del conocimiento.